Como muchos sabréis, Dionisio es el dios del vino en la mitología griega, pero ¿qué sabéis de él? Dionisio era hijo de Zeus y Semele, dios de la vegetación y del éxtasis, y fue uno de los dioses más importantes del panteón. En este artículo os desvelaremos los detalles del dios al que le encantaba disfrutar de buenas fiestas en las que no faltaba el buen vino. 😉

¿POR QUÉ SE LLAMA DIONISIO?

Dioniso fue concebido por Zeus y Semele, hija de Cadmo, fundador de Tebas. Hera, la mujer de Zeus, al ver descubierto el engaño de este con Semele , convenció a la joven para que le pidiera a Zeus que le dejara verlo en su estado natural. Zeus sabía las terribles consecuencias que acceder a su deseo podía conllevar, pero no se negó a ello. Cuando Semele vio a Zeus en todo su esplendor quedó abrasada, pudiendo el dios salvar a Dioniso del vientre de su madre justo a tiempo. El niño salió del vientre sin estar gestado del todo , y Zeus lo unió a su pierna por medio de Hefesto para que de esta manera el niño pudiera crecer . Por esta razón es llamado Dionisio que significa “nacido dos veces”.

SU REGALO: LA VITICULTURA

Dioniso le dio a la humanidad el vino, regalo que provocó diversas reacciones. Según el mito ateniense, había instruido en la viticultura a Ícaro y a su hija Erígone. Pero cuando sus vecinos se emborracharon temieron que se les estuviese envenenando y mataron a Ícaro. Erígone se suicidó al ver lo que le había ocurrido a su padre y, como resultado, Dioniso castigó con la locura a los atenienses, provocando que muchas mujeres se ahorcasen como había hecho Erígone. Cuando los atenien­ses fueron conscientes de la injusticia cometida, decidieron celebrar un festival en honor de las dos víctimas. Para los griegos, el vino era un regalo de Dionisio.

OTROS DIOSES DEL VINO

Además de Dionisio, existen otras culturas que han dispuesto de figuras divinas representadas por el vino. Por ejemplo, los sumerios tenían a la diosa Gestín, que significa ‘madre cepa’. En Egipto el dios del vino era Osiris, y el fruto de la uva eran las ‘lágrimas de Horus’. Los romanos ofrecían vino a Vesta en el fuego de su hogar y libaciones a Baco.
En el ritual judío el vino es importante, pero su abuso está mal visto. Cuando el cristianismo se convirtió en religión dominante, hizo desaparecer a Dioniso y a Baco. El dios romano del vino, era representado sobre los sarcófagos durante el Imperio Romano como figura salvadora que surge entre los muertos y promete la vida eterna. Cuando el cristianismo sustituyó a los viejos dioses, la figura del dios del vino se vio reemplazada por otro personaje victorioso frente a la muerte que era Jesucristo. La desvergüenza que caracterizaba las bacanales fue considerada sacrílega por los primeros obispos, sobre todo porque en ellas participaban las mujeres. Muchos otros ritos «satánicos» posteriores, en los que los participantes llegan a un estado de éxtasis a través del alcohol y las drogas, mantienen semejanzas con los ritos dionisíacos y bacanales en los que el dios se aparecía a sus discípulos en forma de cabra.
Aunque, Jesús dijo “yo soy la vid”, el judaísmo no estableció ninguna relación entre Dios y el vino. Prohibía Incluso las libaciones, ofrendas de vino a los dioses tan frecuentes en Babilonia, en Grecia y en otras religiones.
Así pues, la vinificación fue uno de los primeros conocimientos técnicos que adquirió la humanidad, antes de la escritura, la rueda y es posible que el propio fuego. El vino no fue inventado, estaba ahí a la espera de ser descubierto. Dada la concentración de azúcares en su jugo, la uva es el único fruto con tendencia natural a fermentar. Nada más la baya está madura y el zumo entra en contacto con las levaduras presentes en el entorno, comienza la transformación de la glucosa en alcohol.
¡Celebremos con el regalo de Dionisio la vida! ¡Salud!

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