Seguro que muchas veces te has quedado mirando la copa de vino tras un sorbo, viendo cómo se desliza el líquido sobre la superficie del cristal y cómo su tono rojizo va tiñendo delicadamente la transparencia de la copa. ¡Descubre a qué se debe!
El efecto que el vino produce resbalando sobre la copa es muy parecido al que tiene una lágrima al caer sobre una mejilla. Es por eso que a este efecto se le llama lágrimas de vino. Dependiendo del país, las lágrimas de vino tienen otros nombres: “Ventanas góticas”, en Alemania, o “Piernas”, en Inglaterra y Francia. La presencia de las lágrimas de vino se debe a la fluidez del vino y están directamente relacionadas con el grado alcohólico que contiene. Cuanto mayor es el grado alcohólico del caldo, más untuosas son las lágrimas, aunque esta afirmación debe ser considerada con matices ya que no siempre se cumple.
Untuosidad del vino
La untuosidad es la sensación de suavidad que provoca el vino al ser degustado en su paso por boca. Esta propiedad es la que, precisamente, genera las lágrimas de vino. Como hemos mencionado, a términos generales, las lágrimas se pueden depender del grado alcohólico, pero existen otros factores que pueden afectar a la fluidez del caldo.
- Etanol (Alcohol etílico) – El más presente en los caldos, influye a que la lagrima sea más o menos persistente e intensa.
- Glicerol – Se trata de otro tipo de alcohol que también se encuentra en los vinos. Es un líquido denso con un sabor dulce que da cuerpo, consistencia y suavidad al vino. Normalmente su cantidad es proporcional a la cantidad de alcohol (cuanto más alcohol, menor será la cantidad de glicerol). Las cantidades oscilan entre 5 y 15 gramos por litro.
- Aspectos externos – La diferencia de temperatura entre la copa y el líquido servido, los posibles restos de detergente o abrillantador que podrían haber quedado adheridos a la copa, la calidad del cristal, etc. de las lágrimas en la cristalería.
Las lágrimas, pues, son una clara señal de la textura y densidad que tiene el vino y un valor que debemos tener en cuenta en el momento de catar los caldos.
Y tú, ¿sueles fijarte en las lágrimas que deja el vino sobre las paredes de la copa? ¡Déjanos tu comentario!