La primera bodega de la que se tiene constancia es de hace unos 6.000 años en lo que ahora es el sur de Armenia.
El descubrimiento se llevó a cabo por un grupo de arqueólogos, que encontraron en un antiguo cementerio en Armenia, restos de una antigua sociedad que tomaba vino en los entierros.
En las excavaciones de la zona se descubrieron restos de una cuba de arcilla, en la que encontraron restos vegetales que hay en el vino tinto. También se encontró una prensa para la uva, tanques de almacenamiento y otros objetos como vasos, pieles y semillas.
Tras los análisis de los restos, descubrieron que eran 1000 años más antiguos que cualquiera de las bodegas descubiertas hasta el momento.
El lagar habría contenido unos pocos litros de mosto y uvas aplastadas, por lo que funcionaría previsiblemente con la tradicional técnica del pisado de la uva con los pies descalzos.
La construcción es relativamente pequeña y se encuentra dentro de una cueva. Por esto se deduce que esta en concreto sería usada para rituales funerarios, mientras que para el consumo diario, se supone que habrían construido lagares mucho mayores en su asentamiento habitual.
Los rastros químicos encontrados apuntan a que el mosto que fermentaban, lo hacían con la falta de refrigeración. Así conseguían convertirlo en vino.
Fuente: elmundovino.com